Todos, de alguna manera, hemos celebrado o recordado con una sonrisa estos días cuando, hace veinte años, derribamos un muro dejando paso a la libertad. Todo han sido buenas palabras, grandes actos emblemáticos, sonrisas, cantos y euforia.
Quizá hemos olvidado que la caída del Muro también ha dado paso a que se trafique en Occidente con mujeres del Este, a que el comercio global devore al regional en los pequeños países balcánicos y eslavos, a que sean más pobres, a que estén cada vez, paradójicamente, más lejos de la democracia.
Quizá, al tirar el Muro, se vino toda la libertad a nuestro lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario