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martes, 26 de enero de 2010

Periodismo: un sexto sentido

Palestina, año 2005. Imán se dirigía a la escuela como todos los días, vestida con el uniforme y con los libros bajo el brazo, sonriente a pesar de la espesa niebla que hizo que se equivocara de camino. Inocente, la niña caminó hacia el puesto militar israelí junto al campo de refugiados de Rafah, sin perder la sonrisa ni siquiera cuando la ráfaga de disparos atravesó su frágil cuerpo. Cuando yacía en el suelo, desangrándose, sin saber muy bien que pasaba, vio venir al capitán del puesto de vigilancia. Pensó que venía a ayudarla. Veintiún disparos a quemarropa. El capitán vació su cargador sobre el cuerpo aún vivo de la niña y luego se alejó sin inmutarse.

Imán ya nunca podrá contarlo, su voz ha sido callada para siempre por la injusticia, pero hubo un periodista allí que habló por ella y dio a conocer su historia al mundo.

Año 1937. Guerra civil española. El alcoyano Federico Borrell corría por los montes fusil en mano, plantando cara al enemigo que no era sino su propio compatriota. Robert Cappa se encontraba en el momento justo a la hora adecuada. La imagen de Federico derribado por las balas dio la vuelta al mundo.

Corría el año 1945. Un Times Square abarrotado celebraba la victoria estadounidense sobe Japón. En medio del bullicio, un marine exaltado besaba a una enfermera lleno de pasión. La pareja fue fotografiada por Eisenstaedt y la imagen se convirtió en el símbolo del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Año 1985. Afganistán pasa del anonimato a ser el gran país de actualidad. Aún hoy recordamos todos aquella dura mirada de ojos verdes de una niña de apenas catorce años semi-oculta por un velo. McCurry contó en una sola instantánea toda la crudeza de una guerra.

Todas ellas son simples imágenes. Pero son imágenes que reflejan lo que somos, la humanidad: con sus luces y sus sombras. Todas estas historias se habrían olvidado de no ser porque un periodista estuvo allí.

El periodismo es el mejor oficio del mundo, porque es como un sentido más de los que tiene el ser humano.

El periodismo da la voz a los que ya no la tienen, cuenta las historias de los protagonistas del día a día, trae a la palestra a aquellos a quienes hemos olvidado.

El periodismo es imágenes: da la luz a los occidentales. Nos abre los ojos para que veamos más allá de nuestras fronteras.

El periodismo es sonidos: hay entrevistas día a día a los protagonistas de la vida real. A los que saben cómo se mueve el mundo, de dónde viene y hacia dónde va.

El periodismo es olfato: mediante sus reportajes nos trae olores de lugares exóticos, o nos descubre olores que desconocíamos de nuestra propia ciudad.

El periodismo es tacto: es el rugoso tacto de la realidad, de las injusticias, pero también es el tacto suave de las soluciones y el futuro.

El periodismo es un sexto sentido: los agrupa a todos y a la vez no es ninguno de ellos, es como sublimar la percepción de la vida y llevarla a los lugares más remotos donde las personas estaría aisladas sin nuestra interpretación de la realidad.

El periodismo es el mejor oficio del mundo porque es también profesión de profesiones: es un médico que salva vidas, un abogado que defiende a los inocentes, un arqueólogo que desvela el pasado o un astronauta dispuesto a descubrir mundos nuevos.

El periodismo es el mejor oficio del mundo porque es un reto constante, una lucha día a día: con la empresa para cumplir los estrictos y apresurados márgenes, con la sociedad porque tenemos una obligación para con ella, y con nosotros mismos puesto que tenemos una ética que respetar.

En conclusión, tanto la triste historia de Imán como la alegría reflejada en El Beso de Eisenstadt, desde la última mirada del miliciano español hasta la mirada aún inocente de la niña afgana, el periodismo acapara todos los ámbitos de la sociedad. Es una profesión por y para todos. Es un sexto sentido que todos podemos explotar. Y además, recordemos que el reconocimiento de los demás es quizá lo que nos hace siempre superarnos y progresar: si una persona que no es periodista dice que el periodismo es la mejor profesión del mundo, quizá sea verdad, más si lo dice un premio Nobel. Porque Gabriel García Márquez dijo “El periodismo es el mejor oficio del mundo” y García Márquez iba para abogado.

Muchas Gracias.

2 comentarios:

  1. Estoy sensible hoy.Se nota que te encanta el periodismo no creo que haya conocido a nadie que hable como tú sobre su sueño.Si no lo consigues es que el mundo está loco.Mucha suerte.. espero leer elgún día un artículo tuyo y acordarme de esto :)

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